Pensamientos en líneas…

 In Lorenza Madre

Observando el mundo con ojos de madre…

Hay días en los que el cielo es más azúl que nunca… y te preguntas si es para ti, si solo lo ves tú. Tienes esa presunción de creer que la Naturaleza te observa y te enseña lo mejor de sí. Son momentos en los que disfrutas de hacer las cosas con calma… y no entiendes qué locura se ha apoderado del mundo, que corre sin parar. Hay una parte de ti que sabe, que siente que las cosas se pueden hacer mejor. Que no es una utopía. Porqué todo, en realidad, va con la calma. Esa calma dictada por los ritmos naturales. Ritmos que requeieren calma para ser percibidos, admirados, disfrutados, para poder ser parte de ellos y sentirse uno con el Todo.

A veces solo una buena sacudida es capaz de hacernos bajar de la atracción imparable en la que hemos transformado nuestras vidas. Pero aún así, nos cuesta. Nos resistimos a bajar el ritmo. A confiar en que se puede cambiar, se debe cambiar. Y es que todo, en el Universo, se mueve y evoluciona. Todo sigue un ciclo, sin dudarlo y sin miedo.

He oído tantas veces que un hijo te cambia la vida que casi no me atrevo a ser madre.

La gente se empeña en prepararte para lo peor. En darte consejos que no has pedido y en sembrar la duda de si realmente serás capaz de hacerlo bien. Y una, mientras tanto, va creando expectativas que nacen de la idea que otro tiene de la maternidad…

Pues sí, claro que sí, ser madre es duro.

Me atrevo a decir que, posiblemente, es lo más duro que puede pasarte como mujer. Peo también creo que, al menos en parte, es tan difícil cuanto una misma se lo quiere poner. Al igual que el dolor de parto, que es tan grande cuanto la tensión y el miedo que sientes… Cuesta de ver, y cuesta ponerlo en práctica, porqué no sabemos actuar desde la calma y soltando resistencias. Duele, porqué has de despedirte para siempre de aquella que fuiste y que conoces como única yo. Y encima, no eres realmente consciente de tener que dar ese paso hasta que tienes a tu bebé en brazos. Sufres, porqué no es como pemnsabas que sería, el cansancio de cuerpo y mente te persigue y todo parece ser cuesta arriba…

Pero si confías y te dejas llevar consigues que nazca una nueva tú. Si permites el cambio, crecerás y serás más fuerte que nunca. Porqué si el embarazo te acerca a Dios al permitirte crear una vida, la crianza te acerca a ti misma y a tu divinidad, dándote exactamente lo que necesitas -y siempre has necesitado- para ser quien quieres ser.

Y, de repente, un día estarás caminando… bajo un cielo más azúl que nunca, dándole la mano a tu maestro de vida, mirándole desde esa calma… sabiendo que lo estás haciendo bien.

***si quieres saber más sobre mis servicios, escríbeme para que nos conozcamos :)***

Recent Posts

Leave a Comment