Soy Lorenza y soy mujer. Hija, hermana y madre de dos.
Italiana en esencia, feliz y agradecida por vivir bajo el cielo de Barcelona desde hace más de una década.
Fascinada por el lenguaje y la comunicación, mediadora por naturaleza, estudio y trabajo en el campo de la traducción. Hablo italiano, castellano, catalán e inglés.
Con poco mas de 20 años y en plena búsqueda de mi misma descubro el poder del yoga. Y, con ello, mis ganas -tan inesperadas como irrefrenables- de compartirlo con la enseñanza.
Es a través de esta pasión, que ha acompañado mi crecimiento personal y espiritual, que me acerco tímidamente al universo del embarazo y de la maternidad. Casi sin saber ni como ni porqué, me encuentro formándome en yoga prenatal y postnatal y, como si estuviera siguiendo un camino desconocido y familiar al mismo tiempo, decido y descubro ser doula.
Con el embarazo de Elva se cumple un sueño que no quería reconocer como mío. Vivir la maternidad como protagonista ha representado, para mi, la etapa clave de este viaje de formación profesional y descubrimiento personal. Es el principio de una nueva yo y la única manera de explorar a fondo lo que ningún libro puede enseñar: la fuerza creadora de lo femenino, la fuente inagotable del amor incondicional y la capacidad sin fin de superación y de transformación que solo las mujeres poseemos.
Si quieres conocerme mejor, visita mi blog.
Creo que no hay mejor definición de doula que estas palabras de Michel Odent.
Toda mujer que acompaña a otra mujer desde el respeto, la comprensión, la empatía, con amor y entrega… es una doula. Y es su esencia, lo que transmite con su presencia, que marca la diferencia.
Aún así, la formación profesional es un complemento imprescindible para adquirir todos los conocimientos necesarios para informar y dar soporte en cada etapa de la maternidad: el embarazo, el parto, la lactancia y la primera crianza. Y en este sentido, estoy muy orgullosa y agradecida por haberme formado con el equipo de Marenostrum.
Lo que creo importante destacar, sobretodo teniendo en cuenta los recientes rumores alrededor de esta profesión, son los límites de las competencias de las doulas.
Una doula no es un profesional sanitario ni da consejos.
No ofrece terapias y sabe reconocer cuando derivar a otros profesionales.
Nunca sustituye a la pareja de la mujer que acompaña, sino que se pone al servicio de ambos con el objetivo de garantizar, en todo momento, un clima de armonía y cooperación.
Al mismo tiempo, vale la pena conocer las estadísticas que demuestran porqué es recomendable ser acompañada por una doula:
50% reducción en cesáreas
25% parto más corto
60% menos petición de epidural
40% menos uso de oxitocina sintética
30% menos uso de analgésicos
40% menos uso de fórceps
Mejora el vínculo padres-bebé
Menos problemas con la lactáncia
Menor incidencia de depresión postparto
(Fuente: “Mothering the mother: how a doula can help you have a shorter, easier and healthier birth” – Klaus, Kennel and Klaus).
El yoga me ha enseñado que todo lo que buscamos, en realidad, ya lo llevamos dentro. Y, como doula, este es el mensaje que intento transmitir. Me gusta pensar que soy como un espejo ante el que cada mujer que acompaño es capaz de ver su potencial, su auténtico Yo, la fuerza y el valor que posee pero del que, a veces, no es consciente.
Si quieres saber más sobre mí como doula, lee mi entrevista.
El embarazo es tan solo el comienzo de una etapa que durará el resto de tu vida: ser madre. Es una transformación que empieza por el plano físico, aunque toda mujer experimenta una infinidad de emociones y cambios internos nada mas descubrir que su cuerpo está creando una nueva vida.
El ritmo ajetreado de la sociedad moderna no siempre nos permite tomar consciencia de lo que significa tener un hijo y preparase, de verdad, para su llegada. A veces falta el tiempo material incluso para recoger información relacionada con el mismo embarazo o con el parto; surgen dudas de todo tipo, miedos y sentimientos que muchas veces no sabes con quien compartir o no quieres compartir con tu entorno.
Como doula, te acompaño para que vivas el embarazo de manera plena y consciente. Te escucho sin juzgar y te ofrezco la información que necesites para tomar decisiones confiando en ti misma, libre de miedos e inseguridades. Puedo acompañarte en las visitas médicas, si lo deseas, y proporcionarte ayuda logística con los preparativos del parto. Si no eres ya alumna de mis clases de yoga Prental, podemos trabajar de manera privada técnicas de relajación, respiración y posturales para llegar al día del parto confiando en tu energía y en tus capacidades.
“Para cambiar el mundo hay que cambiar la manera de nacer”. Esta afirmación de Michel Odent, defensor del parto humanizado, resume a la perfección la importancia de este momento. Y es que no sólo representa el paso de mujer a madre, sino que un nuevo ser humano viene al mundo. Es una experiencia única en las vidas de ambos, madre e hijo, y ambos merecen ser respetados y cuidados en todo momento.
Como doula de parto mi misión es darte apoyo emocional y logístico, en colaboración con tu familia y con el personal sanitario. Ofrezco medidas de confort (masajes, técnicas de relajación, visualización, respiración, posturales…) y, ante la necesidad, actuo como mediadora y procuro que se mantenga un ambiente de armonia y relax. Cada mujer es un mundo y cada parto es una experiencia diferente e imprevisible en muchos aspectos. Por eso no es fácil transmitir todo lo que puede aportar el acompañamiento de una doula durante el parto, y es precisamente gracias a los encuentros durante el embarazo que aprendemos a conocernos para que ese día pueda darte lo que te esperas de mí y ser tu mejor aliada.
Cuando nace un bebé, nace una madre. Es una nueva vida para ambos, pues tras el parto, comienza aquello para lo que la mayoría de mujeres no estamos relamente preparadas: la crianza. La adaptación a este nuevo papel puede llegar a ser muy dura por el cansancio y los cambios hormonales. Muy a menudo la familia no puede o no sabe acompañar en esta etapa y no se da cuenta de las necesidades reales de una mujer que acaba de dar a luz. Además, la lactancia materna necesita paciencia, tiempo, intimidad y una dedicación practicamente exclusiva de la mujer a su bebé, por lo que la soledad que caracteriza el puerperio es, sin duda, lo menos recomendable.
Mi papel de doula en el postparto es el de hacerte sentir acompañada y escuchada cuando, probablemente, más lo necesites. Como madre y asesora de lactancia en formación, puedo guiarte para que disfrutes dando el pecho y, en caso de dificultades que no sepa resolver, cuento con una amplia red de profesionales cualificados. También puedo echarte una mano con las tareas domésticas o cuidar de tu bebé para que puedas dedicarte a ti misma o descansar. Velaré para que el comienzo de tu vida como madre sea una ocasión única para conocerte, crecer y descubrir la magia de tener un hijo.
Escríbeme para mas información sobre mis servicios. Nos conoceremos y hablaremos, sin compromiso, de lo que buscas y lo que puedo ofrecerte.
La mayoría de mis alumnas descubren el yoga durante el embarazo. Algunas quieren empezar en cuanto se enteran de estar esperando un hijo; otras, llegan a clase cuando ven que la fecha prevista de parto se acerca y unas pocas son practicantes de yoga que, con curiosidad y a veces algo de pena, dejan su clase habitual para la de “las mamás”.
Podría detallar todos los beneficios de la práctica del yoga y, en particular, aquellos que más favorecen a las embarazadas… pero la verdad es que la misma definición de yoga deja claro el porqué de su éxito entre las mujeres conscientes de su maternidad: el fundamento del yoga es el cuidado de uno mismo a nivel físico, mental y espiritual. Nos enseña a querernos para ser capaces de querer a los demás, a vivir en armonía con nosotros mismos y con todo lo que nos rodea. Nos conduce al autoconocimiento y se transforma en una herramienta para enfrentarnos a las dificultades y los cambios constantes de la vida, para fluir y aprender a gozar de la ciclicidad femenina.
A través de las posturas aprendemos a conocer nuestro cuerpo y su naturaleza cambiante; lo fortalecemos, flexibilizamos y acompañamos armónicamente en su preparación al parto. Conectamos con la respiración y descubrimos su valor, no solo durante el embarazo y el parto, sino como regalo para toda la vida. Y aprovechamos la sensibilidad única que caracteriza la época de la gestación para familiarizarnos con la visualización, la introspección, la escucha de la niña interior para vivir la maternidad plena y conscientemente.
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El parto marca el final del embarazo y el principio de la crianza: es un momento único, mágico, de transición y transformación en el que la energía vital de la mujer juega un papel fundamental. Tras nueve meses de larga espera, las miradas de madre y bebé se encuentran y comienza la verdadera aventura: conocerse, aprender a entenderse y amarse incondicionalmente.
Los cambios a nivel físico y anímico que supone el postparto son muchos e influyen de manera diferente en cada mujer. La lactancia es un proceso no siempre fácil, sobre todo al principio, y la adaptación a los ritmos del bebé puede suponer un auténtico reto. Es aconsejable vivir la cuarentena en intimidad y tranquilidad para que todo vaya encontrando su lugar, para descansar cada vez que se tenga ocasión y, así, recuperar energía y equilibrio.
A partir de ese momento -y cuando la madre lo sienta- se puede reanudar la práctica del yoga. De hecho, es aconsejable buscar un momento para cuidar de una misma, recuperar la sensación de estabilidad, volver a conectar y fortalecer el centro del cuerpo, compartir tiempo y espacio con otras madres y desconectar de la rutina y del hogar.
Las clases de yoga para mamás y bebés están pensadas para el bienestar global de las mujeres. Los bebés son bienvenidos y son los que marcan el ritmo de la clase, que será fluido y adaptado a las exigencias del momento, tanto de las madres como de los pequeños.
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El tacto es el primer sentido que desarrollamos en el vientre materno y el último que perdemos antes de morir.
Como nos explica de manera clara y sencilla Frédérick Leboyer en su “Nacimiento sin violencia”, “el tacto es el primer lenguaje. Una piel habla con otra piel, y de piel en piel se derivan todos los demás órganos sensitivos. Y estos a su vez son como ventanas en la pared de la piel, que nos encierra y separa del mundo. La piel del recién nacido tiene una inteligencia y una sensibilidad inimaginables”.
Y leyendo estas palabras resulta fácil entender los muchos beneficios (físicos, emocionales, de vinculación, comunicación, equilibrantes a todos los niveles) que puede llegar a tener la práctica del masaje infantil.
El taller que propongo es el que promociona la Asociación Española de Masaje Infantil (AEMI) y se desarrolla en 5 encuentros de hora y media. En cada cita aprendemos los diferentes movimientos de la secuencia creada por Vimala McClure y repasamos lo que ya hemos aprendido, respetando en todo momento los ritmos y necesidades de los bebés y sus m/padres. Además, cada sesión es una ocasión para compartir sentires, emociones, miedos y todo tipo de inquietud que el ser m/padres trae consigo, creando así un espacio en el que no solo aprender, sino también poder vivir y compartir libre y plenamente nuestra m/paternidad.
¿Te gustaría saber cuándo empieza el próximo taller de masaje infantil? Contacta conmigo aquí.
Las clases de yoga nos ofrecen un espacio de práctica necesaria para abrirnos a la inevitable urgencia de autoconocimento que nos exige el convertirnos en madre; pero es con estas charlas que encontramos el espacio y el lugar no solo para aprender lo que no suele surgir en los clásicos cursos de preparación al parto, sino también para darnos permiso de soltar el control y compartir nuestros miedos y preocupaciones de cara a lo nuevo que nos espera.
conilcuoredoula@gmail.com